Constantes en Oración
La constancia es la firmeza y perseverancia en las acciones. Y perseverar es mantenerse firme y constante en una manera de actuar. Podríamos decir que ambas van siempre de la mano.
Jesús invirtió gran parte de su tiempo en enseñarnos a orar.
En el evangelio de Lucas encontramos la parábola de la viuda insistente (Lucas 18:1 - 8). Lucas dice que el propósito de esta parábola es enseñarnos que debemos orar siempre sin desanimarnos.
La historia trata de una viuda que acudía diariamente a un juez injusto para que éste le hiciera justicia, durante algún tiempo él se negó sin embargo, al ver la insistencia (constancia) y perseverancia de la mujer decidió acceder a sus peticiones.
Si un juez que era injusto le hizo justicia a la viuda por su constancia; como Dios (que es nuestro Padre) no nos responderá si le clamamos día y noche.
A través de esta historia el mensaje central de Jesús es: Si oramos a Dios Él nos responderá.
Orar es mantener una conversación con Dios. Es el canal por medio de cual se nutre nuestra relación con Él.
Durante mis primeros años como cristiano creía que la oración era solo un monologo en donde yo le exponía a Dios mis problemas y necesidades y Él solamente escuchaba. Esa es una gran equivocación.
Dios está vivo y por lo tanto nuestras oraciones deben ser conversaciones vivas con Él, en donde yo hablo y Él escucha; y mientras Él habla yo escucho.
Dios no es un robot o una maquina a la que simplemente le podemos hablar y dar órdenes. Dios está vivo y quiere mantener una conversación constante con nosotros.
Pablo le da este consejo a los romanos acerca de la oración:
Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. (Romanos 12:12 NVI)
Necesitamos ser más constantes en nuestras oraciones y dejar de verlas como un monologo y comenzar a verlas como lo que son: conversaciones con Papá.
Nuestra relación con Dios crecerá más en la medida en que nos acerquemos más a Él.
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